Blogia
Julia

La foto

La verdad es que una foto como "premio" a una noche de placer no está mal, en principio.

Una de mis mejores fotos, de las poquísimas en las que estoy bien. En la playa y guapa. Lo que pasa es que con el tiempo me he ido dando cuenta de que esa foto encerraba tantos recuerdos bonitos del día en que me la hicieron que, la verdad, mezclarla con aquella noche no me parece adecuado.

En fin, como lo hecho hecho está, vayamos a la noche de placer.

De él me acuerdo que devoraba mi cuerpo. ¡Qué gracioso, si llevaba mareándolo más de un año! Olía bien. Así que me prometí a mí misma no volver a comprar esa marca de gel nunca más. Desnudo me pareció más flaco de lo que esperaba (primera sorpresa) y su falta de romanticismo, previsible tratándose de un hombre, me defraudó. Fue el presagio de que acabaría cansándome de él esa misma noche, como de hecho sucedió.

La noche fue más que satisfactoria, probamos diferentes posturas y nos inventamos magníficos juegos. En un descanso preparé una merluza, fresquísima, que había comprado esa misma tarde porque sabía que era su plato favorito. Aunque comimos civilizadamente, antes de llegar al postre, estábamos en la cama.

Me gustó la experiencia pero su excesivo deseo me decidió a no verlo más. Porque, digo yo, ¿no se podía haber quedado quieto un rato, hacia las seis de la mañana, viendo que yo me moría de sueño?

0 comentarios